Empresas de control de plagas en Cantabria
Empresas de control de plagas en Cantabria
La capital de nuestra región se ha convertido desde hace tiempo en un foco de muchas plagas diferentes que causan molestias constantes a los vecinos. Algunas son especialmente reconocidas, como es el caso de la verdadera plaga de ratas en el centro de Santander, pero hay muchos otros problemas relacionados con los bichitos más pequeños, pero no por ello menos preocupantes.
Las plagas que atacan a la madera, por ejemplo, se cuentan entre los problemas más acuciantes de los santanderinos de hoy en día y de siempre. Se trata de las termitas y la carcoma, dos plagas de bichos muy voraces que atacan sin descanso cualquier elemento fabricado en madera. Y no importa si son muebles o elementos estructurales, como vigas o travesaños, así como el propio suelo de madera.
La primera señal que veremos de estas voraces plagas, que causan daños irreparables en nuestra madera, será la aparición de serrín amontonado en lugares donde además encontraremos agujeros. Y el mobiliario atacado se verá también aligerado, en las partes en que ha sido depredado por estos bichos.
Empresas anti plagas en Cantabria
Somos una de las empresas anti plagas en Cantabria más completas, con muchos años de experiencia a nuestras espaldas y casos de éxito. Un equipo completamente vocacional y especializado, originario de esta región, por lo que nos constituimos como una de las empresas locales con mayor grado de especialización en las plagas de Cantabria.
Nuestra región es muy dada al desarrollo de muchas plagas diferentes, tanto por su ambiente húmedo como por su elevada densidad de población y masa forestal. También el elevado y variado número de animales salvajes y domésticos de la provincia hace de nuestra tierra un ambiente propicio para la proliferación de toda la clase de plagas. Algunas de ellas autóctonas, que han acompañado a nuestros antepasados durante generaciones, mientras que otras son más foráneas y novedosas, siendo la avispa asiática el ejemplo más claro de estas nuevas lacras que tenemos que padecer.
Las empresas de control de plagas en Cantabria, por tanto, hemos tenido que especializarnos y ser capaces de innovar y adaptarnos a los nuevos tiempos. Con un uso más intenso y frecuente de la tecnología que nos permite llegar más y con mayor cantidad de desafíos en el mundo de las plagas.
¿Cuándo debo llamar a la empresa de control de plagas en Cantabria?
Un gran error de muchas personas que sufren plagas en su vivienda o negocio es retrasar el momento de la llamada necesaria a cualquier empresa de control de plagas que pueda ocuparse de un diagnóstico, en primer lugar, antes de pasar a las verdaderas soluciones.
Un error común, por ejemplo, es no pensar que un ratón o cucaracha aislados no pueden ser más que el primer síntoma de un problema más gordo. Y eso es lo que nosotros podemos hacer por ti en primer lugar: diagnosticar el problema y comprobar hasta dónde llega, si hay nidadas y cómo prevenir que vuelva a aparecer ningún ejemplar y destruir la colonia.
Otro error es pensar que las plagas no pueden darse en los lugares más insospechados, como alfombras o moquetas de una oficina, pero es que incluso podemos encontrar cucarachas anidando dentro de los ordenadores. Es decir: lo más habitual sería encontrarnos con plagas en lugares más dados a ello, como locales de hostelería, donde disponen de calor y agua y comida en abundancia, pero estas visitas indeseadas pueden producirse en cualquier momento.
No confiarse nunca: la inacción favorece la extensión de las plagas
Incluso las plagas más inofensivas en apariencia, como las termitas o la carcoma, pueden atacar de tal manera las estructuras que son capaces de poner en peligro edificaciones enteras. Porque pueden arrasar con vigas, escalones o el propio suelo, sin que a veces notemos ningún síntoma previo al desastre.
No obstante, en un gran porcentaje de las ocasiones vamos a detectar la presencia de las plagas sin ser ningunos expertos. Simplemente por la visualización de algunos ejemplares o por sus restos más evidentes, como son las heces en el caso de las ratas y otros roedores. En el caso de las plagas de la madera, por otro lado, la acumulación de serrín en sitios donde además veremos agujeros es otra muestra clara de que estamos yendo atacados.
Incluso podemos saber de la aparición de una plaga por sus ejemplares muertos, como suele pasar con las cucarachas, que rehúyen la presencia humana, pero que son fáciles de ver cuando el problema está ya bastante extendido. También son fáciles de diferenciar de otros insectos por sus características antenas, que son bastante largas, así como por su apariencia robusta y mandíbulas protuberantes. Y, como siempre, el gran problema de que a lo mejor sólo vemos una o dos, pero nunca hay que dudar de que donde hay una pueda haber muchas más.
Ejemplos de cómo no ahorrar en control de plagas en Cantabria
- Ahorrar en una plaga de ratas o cucarachas, en un local de hostelería, puede suponer que los clientes detecten la presencia de estos indeseados bichos es una fama muchas veces inmerecida de descuidados en cuanto a higiene. Pero nada más lejos de la realidad, en la mayoría de los casos, cuando todo el mundo debería saber que las plagas acuden desde el exterior en la mayor parte de las ocasiones, lo que tampoco justifica que no hagamos nada contra ella y dejemos el problema crecer.
- Y los daños de la carcoma, las termitas o los hongos y el pudrimiento de la madera, por su parte, pueden causar destrozos que pasen de lo meramente estético a lo peligroso. Y a todos se nos vienen a la cabeza de las imágenes de la Pantera Rosa luchando contra las termitas, tan voraces que acaba quedándose sin casa y sin nada.
- Los daños de los topillos en las cosechas o jardines ornamentales son también muy conocidos, dudan en horadar absolutamente todo el terreno que tengan por delante con tal de encontrar el alimento que necesitan. Y el problema fundamental es que no hay depredadores naturales en las cantidades que había antes una empresa en estos pequeños roedores. Estamos hablando de rapaces como las águilas y halcones o cernícalos, en todas sus versiones, así como los búhos de todas las especies. Y una vez que no tenemos depredadores naturales para controlar ciertas poblaciones, animales o vegetales, el peligro de que se descontrolen demográficamente y produzcan daños tremendos se vuelve muy real.
También hay que pensar en la imagen pública que dan los pueblos y ciudades donde se producen estas plagas, así como en las molestias que generan a todo el mundo.